¿Te PAGAN por ser facilitador? ¿Qué demonios es lo que HACES?

A los facilitadores de procesos siempre nos hacen esta pregunta.

A pesar del hecho de que hay miles de nosotros en todo el mundo, y una asociación internacional que establece normas profesionales y define los valores esenciales de nuestro trabajo, la mayoría de la gente se siente desconcertada con la palabra “facilitador”.

Me han dicho que en Holanda, si haces una búsqueda en Google con la palabra “facilitador”, los resultados muestran gente que hace administración de instalaciones.

En otros lugares un “facilitador” es el que paga los sobornos necesarios para hacer las cosas.

Más frecuentemente, “facilitador” e “instructor” se usan de manera indistinta. Pero existe una diferencia significativa entre quienes facilitan aprendizajes (es decir, instructores) y quienes facilitan procesos grupales de toma de decisiones. En pocas palabras, los instructores son expertos en contenidos; enseñan algo. Los facilitadores de procesos crean oportunidades para que los miembros de un grupo interactúen entre sí de manera productiva. El grupo es el experto en el contenido. El facilitador es el guía.

El Programa Internacional de Certificación en Facilitación Profesional de IIFAC se centra en el facilitador como un especialista en procesos.

Los facilitadores formados por IIFAC son consultores (internos o externos) que usan su conocimiento de dinámicas de grupos para diseñar procesos que pueden ayudar a que un grupo transite desde el punto A al punto B.

Su contexto es generalmente reuniones, grandes o pequeñas, formales o informales, en que se discuten los asuntos del grupo y se toman decisiones.

En ocasiones “nuestros” facilitadores planifican y conducen foros o talleres donde los participantes intercambian ideas, desarrollan opciones o exploran soluciones para un problema u oportunidad compartido.

¡Espera! ¿No es que los líderes de grupos se hacen cargo de las reuniones, foros y talleres? ¿Para qué necesitan un facilitador?

Pregunta genial.

Los mejores líderes suelen tener buenas habilidades de facilitación. Las usan para alinear las tropas y mantenerlas en la misma dirección. Sus reuniones son enfocadas y productivas. Saben cómo escuchar, cómo suscitar opiniones y apoyar la creatividad.

Sin embargo, muchas personas que cumplen papeles de liderazgo no tienen idea de cómo planificar una agenda simple, mucho menos de cómo lidiar con la diversidad, el conflicto, y la compleja realidad en que funcionan sus organizaciones.

La facilitación es una competencia de liderazgo.

La enseñamos en nuestro Programa Internacional de Certificación en Facilitación Profesional.

Consolidar el concepto requiere tres módulos presenciales, un par de teleconferencias, muchos estudios de caso, ejercicios y algunas lecturas adicionales, pero al final del programa nuestros participantes están preparados para ejercer el liderazgo de manera diferente.

Nuestra próxima serie de cursos empieza en abril en Bogotá, Colombia, y en Cuernavaca, México.

Encuentra más detalles aquí.

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