Compartir la responsabilidad para la facilitación de una reunión de trabajo compleja o un evento grande como un taller o conferencia presenta desafíos y oportunidades distintos de aquellos que enfrentamos cuando facilitamos solos.
Beneficios de la co-facilitación
Diversidad. La colaboración entre facilitadores de diferente género, etnia, nacionalidad, edad, etc., manda un mensaje positivo acerca del valor de la diversidad en el liderazgo y brinda una perspectiva más amplia al proceso del grupo.
Manejo del estrés. Las reuniones largas pueden ser verdaderamente agotadoras para un solo facilitador. Rotar las tareas de facilitación es una buena manera de cuidarte a ti mismo y al grupo.
Soltar. Si tiendes a creer que “si no hago las cosas yo, no se hacen bien”, practicar la co-facilitación te puede ayudar a romper este patrón de control.
Respaldo. Si un facilitador se siente abrumado, enfermo, lastimado, o es llamado por una emergencia, la reunión puede continuar con el otro u otros facilitadores.
Construir confianza y capacidad. Trabajar con un facilitador más experimentado, observar cómo trabaja y anticipar lo que tú puedes hacer para facilitar su trabajo es una buena manera de ganar confianza, especialmente en situaciones potencialmente intimidantes, tales como reuniones grandes o conflictivas.
Alegría. ¡Trabajar en equipo puede ser una delicia!
Consejos para una co-facilitación exitosa
Un líder. Para simplificar la comunicación con el cliente o equipo organizador, designen una persona como contacto y líder de los co-facilitadores.
Aclarar roles/tareas. Los co-facilitadores deben reunirse antes de la sesión para planear cómo van a trabajar juntos. ¿Quién facilitará primero? ¿Qué otras tareas harán los demás facilitadores mientras no facilitan? ¿Con qué frecuencia intercambiarán roles? ¿Qué señales discretas utilizarán para comunicar necesidades entre ellos durante la reunión? Si es una facilitación pagada, ¿cómo se repartirán los ingresos?
Evaluación post reunión. Reúnanse después de la reunión para discutir qué salió bien y qué puede mejorar en el futuro.
Espíritu de servicio. Sé humilde. Presta atención. Da buen servicio al grupo.
Advertencias
No co-facilites con un extraño. Si no conoces a un co-facilitador propuesto, trata de observarlo facilitar y establece una relación colegiada antes de aceptar co-facilitar. Como mínimo, reúnete con la persona con anticipación para conocer más su experiencia y estilo de facilitación. Discutir los roles y las expectativas mutuas puede evitar sorpresas desagradables, tanto para ustedes dos como para el grupo.
Reconoce las cuestiones de rango. Si eres un facilitador muy experimentado trabajando con uno relativamente novato, resiste la tentación de saltar y tomar el lugar del otro. Sirve simplemente como asistente. Si orientas a la persona durante la reunión, hazlo con moderación y discretamente. Si eres inexperto como facilitador, pasa un tiempo como aprendiz antes de entrar a co-facilitar. Tratar de aprender al calor de una reunión grande no te ayudará a ti ni al grupo.
Nunca critiques públicamente o discutas con tu co-facilitador durante la reunión. Este comportamiento sólo sirve para dañar tu relación y perder la confianza del grupo. Si es necesario, habla con el facilitador en un descanso o discretamente pidan que el grupo tome un descanso para que ustedes puedan discutir un tema.
No cambien muy a menudo. Es importante que el grupo tenga una sensación de estabilidad y continuidad durante la reunión. Cambiar facilitadores muy a menudo puede ser confuso, especialmente si sus estilos son muy diferentes.
Este artículo está adaptado de “Las alegrías y peligros de la co-facilitación,” publicado en La Colección de Fogata: una completa guía de referencia para facilitación y cambio.